Así serían los días que no dejaste que fueran...
Almuerzos en la sala de tu casa, alegatos graciosos sobre el pedazo de bistec más grande. Un robo de papas fritas cuando alguna no esté mirando e intercambio de ensaladas cuando el plato es dispar con el otro.
Discusiones automovilísticas por mi comodidad de dejarme querer y mi duda en si hice mal o hice bien. Conciertos por bellavista, kenedy y La Reina, adictas a la melodía que presume ser soundtrack nuestra historia.
Comentaríamos a cada personaje que se cruzara en nuestro camino e inventariamos su historia con drmatismo o sarcasmo según la ocasión. Cómplices de miradas y risas que bastarian para definir la situación.
No estarías tan arreglada, compartirías mi gusto por la comodidad de zapatillas y polerón, mientras yo, presa de tu afición, terminaría siendo una cientísta del Reality show.
No estaría caminando sola por Santiago ni tu buscando un nuevo aliado para uzurpar su misión...
Estariamos ensimismadas en una fantasía que llamábamos relación...
Y quizás era bueno. Quizás no.
Lo cierto es que los días pasan y yo cada vez soy mejor, probablemente no hay error en tu falta, sino tino en tu motivación.
De todas formas, gracias, estos son los días que me gustan. Esos que pasan llenos de cosas que no tengo con quien hablar, esos que despiertan mi intimidad. Esos que me dan sueños por los cuales despertar. Los que me hacen extrañar lo simple que era dejar que pase todo lo demás... espectadoras de la realidad.
Un día más que dejaste pasar.
Para mi, una nueva oportunidad.